Conéctate A La Vida Por Jesús 101

Nunca estás solo. Jehová es nuestro Pariente cercano Redentor, y se hace responsable de llevarnos a la Tierra Prometida.

Recuerda: cuando te encuentres con una imposibilidad, espera en Jehová. Él peleará por tí. Lo hizo en el Mar Rojo. Lo hizo en la cruz. Y lo hará siempre por sus hijos.

La sangre del Cordero nos protege del juicio. Fue verdad en Egipto y será verdad en el fin del mundo. ¡No temas!

Tenemos un Defensor divino. Dios es un Padre apasionado que usa recursos ilimitados para liberarnos de aquellas cosas que nos esclavizan.

Dios escucha los ruegos de Sus hijos, y tiene gran poder para defendernos de la opresión.

Las promesas de Dios son fieles y verdaderas. Él promete siempre intervenir en favor de Sus hijos.

Los humanos somos reacios y ponemos muchas excusas cuando Dios nos llama. Pero Él nos recuerda que Su presencia con nosotros es la garantía para su obra.

El nombre soberano de Jehová significa YO SOY, y nos recuerda que Él es el Dios poderoso que está siempre presente.

Dios llama a seres humanos que tienen faltas y fallas a experimentar Su gracia y compartirla con otros.

Nada puede frustrar los propósitos de Dios, aún cuando parece que hay obstáculos insuperables. Dios siempre gana.

Donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia. Dios nos lleva de la ansiedad a la seguridad, y nos dice: Mi gracia es suficiente (2 Samuel 24).

Humildad no es señal de debilidad sino de sumisión a Dios. David y Jesús nos enseñan como responder a la injusticia (2 Sam 13-16).

¿Cual es la diferencia entre encubrir nuestro pecado y que Dios cubra nuestro pecado? Analizaremos arrepentimiento vs. rebelión (2 Sam 11, 12).

Dios es fiel a sus promesas y nos da mucho mas de lo que esperamos o merecemos (2 Samuel 9).

Dios siempre cumple su pacto con sus hijos. Y El se especializa en hacer posible lo imposible (2 Samuel 5-7).

Dios invita al cansado y agobiado a descansar en Él, y hace por nosotros lo que no podemos hacer por nosotros mismos (1 Samuel 27-30).

¡No temas! Dios hace su mejor trabajo en nuestro corazón en tiempos de oscuridad, cuando no tenemos las respuestas (1 Samuel 22, 24).

David experimentó que su Dios era mas grande que su dolor y su perplejidad. Nosotros podemos aprender lo mismo (1 Samuel 18, 19, 21).

Aunque somos humanamente débiles, podemos enfrentar gigantes en el nombre de Jehová de los Ejércitos (1 Samuel 17).

Dios siempre llama al mas pequeño y rechazado para que la grandeza del evangelio sea revelada (1 Samuel 16).