Milenio Opinión

Tanto criticaron a la oposición por querer reinterpretar la Constitución con lo de la sobrerrepresentación y cayeron aún más bajo

Esta es la queja común de la oposición: sus senadores están recibiendo ofertas de beneficios políticos y económicos por su voto, pero sobre todo están siendo amenazados.

Hay diputadas y diputados de Morena y aliados que no leyeron lo que aprobaron.

La llegada de Kamala Harris a la competencia ha cambiado el panorama cuando el efecto “novedad” la puso en buenos lugares en las encuestas

Son muchas, enérgicas y bien fundadas las protestas, en el ámbito nacional e internacional, en contra de las purulentas iniciativas legales

También fueron objeto de negociación las órdenes giradas contra Yunes padre por delincuencia organizada y enriquecimiento ilícito.

Prima en la discusión pública la certeza de que la última aduana que queda para contener el paso de la reforma judicial es el voto de los 43 senadores que han comprometido públicamente su oposición a ella.

Esto es peligroso. México es ahora el país más autoritario de América Latina.

AMLO busca controlar el Poder Judicial a través de reformas que priorizan la lealtad partidista sobre la imparcialidad.

AMLO fracasa en desmentir la "verdad histórica" de Ayotzinapa; la 4T expuesta por manipular investigaciones y atacar al Poder Judicial.

Oposición llama a la violencia contra pro-reforma, criticada por su hipocresía y fanatismo, destacando figuras derechistas.

Se trata de 43 senadores de oposición que con su voto en contra pueden frenar el que es considerado el cambio legislativo más importante del sexenio, porque dejará en manos del voto popular la elección de jueces, magistrados y ministros

La innecesaria terquedad del Presidente ha desestabilizado al gobierno que llega, que arrasó en las urnas y ahora es arrasado por algo que hace unos meses no imaginaba.

Si la oposición quiere por lo menos ocupar un lugar debe asegurarse de que sus 43 senadores se presenten a la sesión ordinaria a votar contra la reforma judicial, como lo prometieron públicamente.

Entendió que la cultura era para todos y no para la elite. Ese fue Leonard Riggio.

El gobierno de AMLO cabe en la definición de Urbinati: faccionalismo, “que surge de una concepción posesiva sobre los derechos y las instituciones”, mayoritarismo, “que retuerce el principio de mayoría para hacer que sirva a una mayoría”

La reforma judicial pasará y “saldremos adelante” aunque “ojalá no haya autoritarismo”.

En su destructiva iniciativa, el oficialismo ha cacareado que los juzgadores gozarán de “independencia” cuando “el pueblo” los elija

En este escenario, le he contado que López Obrador necesita a un solo traidor del bloque de los 43 opositores para que la noche del 15 de septiembre, con los héroes que nos dieron patria, arengue: ¡Viva la reforma al Poder Judicial!, como lo tiene previsto.

Siempre me gustó el cine culto. Buscaba en esa gran obra algo de los misterios que me habitaban y que yo mismo nunca resolvería.