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Sinopse

Orlando Mergal Todo el que interaccione con un teléfono inteligente, una tableta o un computador convencional —a menos que viva bajo una piedra— ha entrado en contacto con las redes sociales. Y a eso de vivir bajo una piedra tenemos que sumarle que su teléfono sea un Razr V3 de Motorola o una barrita de jabón de Nokia, que nunca haya conocido un iPad y que su sistema operativo sea Windows 3 y su navegador Netscape. La realidad —triste pero realidad— es que para mucha gente Facebook, Instagram, Twitter, YouTube, LinkedIn y todas las demás redes sociales SON la Internet. La costumbre de tener y mantener una página de Internet propia está cayendo cada día más en desuso. Enrique Vargas Los que estamos inmersos en esto de la Internet —y que mantenemos a raya al monstruo de las redes sociales— somos una minoría. Peor aún, nuestro apostolado cae en oídos sordos. La gente nos ve como marginales, como rebeldes, como gente que se rehusa a entrar al siglo 21. Paralelamente, las cosas que salen en la prensa —sobre tod