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Sinopse

Esta semana se me daño un monitor. Así dicho tan escuetamente parece un hecho inconsecuente. Pero la tormenta de pensamientos que desató me llevó a concluir que una vez más había caído en la trampa de los productos desechables. Los productos desechables son una realidad de finales del siglo 20 y comienzos del 21. Los fabricantes han encontrado la fórmula mágica para mantener al consumidor comprando de manera desmedida. Los teóricos de los negocios le llaman “obsolescencia planificada” y ya lo hemos discutido en el programa. Se trata de fabricar productos que salgan de la factoría con un a fecha de caducidad. Es decir, que desde el momento que un producto sale de la línea de ensamblaje el fabricante sane cuándo se va a dañar. Armado con esa información, el fabricante puede planificar sus ciclos de mercadeo y sus fianzas a futuro. Unos los hacen de manera burda, como veremos en el programa de hoy. Sencillamente sus productos se dañan y no encuentras quién les de servicio. Otros, como Apple, te llenan los ojos