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BMW quiere estar en competición porque es la marca del disfrute de conducción. Con dos atributos que siempre van de la mano de BMW que es innovación y tecnología. Y estos dos atributos están muy bien representados en las carreras. La historia de la competición en la marca alemana está muy ligada al BMW 3.0 CSL que nació en 1972 como un coche exitoso en competición que se adaptó a la calle. En 1999 BMW ganó en Le Mans y ahora vuelve a tratar de reeditar esta victoria en la categoría reina. Estará en el WEC completo y en el IMSA. Uno de estos coches ya ha sido segundo en las 12 horas de Sebring. Estar en el IMSA y en el WEC cuadra en BMW porque junta velocidad con resistencia y todo junto con el desarrollo de competición porque el BMW M Hybrid V8 que corre estos campeonatos es híbrido. En Le Mans la marca llegará en 2024. Nunca había habido un equipo oficial de BMW España y creen que