Podcast De Glutenpollo

Hubo un tiempo en que basar un videojuego en una licencia conocida era garantía, no solo de éxito, sino también de calidad. Hay que remontarse muy atrás, es cierto, pero muchos recordamos grandes clásicos como Aladdin de Mega-Drive, Golden Eye de Nintendo64 o Indiana Jones and the Fate of Atlantis para compatibles. Más tarde la cosa comenzó a pervertirse y esta ídílica relación se consumó en toda una prole de títulos injugables donde la referencia a una propiedad intelectual reconocida era lo único salvable del conjunto. Nos referimos a bazofias tales como El Club de la Lucha de PlayStation 2, King-Kong de Xbox 360, o el inefable Dragon Ball GT Final Bout. Pero como el tiempo nos ha enseñado, todo vuelve, y parece que ahora la tendencia está a punto de cambiar. Y es que lo de Dragon Ball FighterZ no es ni medio normal; un juego de lucha que supera con creces las expectativas más optimistas, que se sitúa a la altura de lo mejorcito del género y que, para colmo, nos presenta un roster cargado con los person