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Sinopse
La amabilidad no es genética, sino que desarrolla gracias a la empatía y en el pensar en las necesidades de los demás. Tiene que ser un gesto cotidiano que surge del corazón.
La amabilidad no es genética, sino que desarrolla gracias a la empatía y en el pensar en las necesidades de los demás. Tiene que ser un gesto cotidiano que surge del corazón.