Jóvenes Católicos

[5a Meditación Novena Inmaculada] – Mujer de Oración

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Sinopse

Ayer nos quedábamos en el momento en el que María, después de escuchar el anunció de su prima Santa Isabel, entona el Magnificat. Es decir, reza. Es muy difícil entender el sentido de la vida sin la luminosidad de la oración. El viernes pasado, después de algunas semanas, me escribía un antiguo alumno de mi Colegio Buenos días, mi nombre es Pablo, tengo 26 años y desde los 16 empecé a huir de Dios. Esa huida me ha durado 10 años. Mis padres, hace años, tomaron la decisión de separarse y, aunque no era muy consciente, empezó un dolor que no supe afrontar. La huida en mi caso fue no estar en casa, acudir al alcohol, relaciones esporádicas con chicas y búsqueda de la popularidad a toda costa. De lunes a jueves trabajaba pero los fines de semana los pasaba todo el día fuera de casa y bebía para escapar de mi pepillo grillo, la conciencia, que me recordaba el domingo por la noche lo mismo: lo vació y sólo que estaba. Pero claro, Dios –como instrumento suyo que soy– no me iba